
El significado toponímico de Temisas no ha sido resuelto definitivamente y sigue siendo una incógnita para los científicos. Wölfel recoge todos los posibles derivados: themensay, themiaas, theminsas, temensa, temisas, temisa. Más difícil es la acepción o significado del término. Temisa, en singular, es el topónimo de una casa de labranza de Haría (Lanzarote). Temisas, en plural, según el Doctor Chil, significa “cubierto de olivos”.
En este mismo sentido, escribió el geólogo alemán del siglo XIX, Leopoldo von Buch: “En la actualidad son escasos los olivos en el resto de la isla, pudiendo encontrárseles únicamente junto al pueblo de Temisas, en el centro de Gran Canaria, siendo de singular belleza. Pero también son grandes y altos como sauces, y los hay en grandes cantidades, por lo que es razonable pensar que son propios de la tierra.”
A Temisas también se le conoce como el Belén Canario, todo un Conjunto Histórico protegido por la Ley de Patrimonio de Canarias ya que posee la primera iglesia del municipio de Agüimes (1729). Este caserío está abrigado por escarpadas montañas y se ha librado del voraz desarrollismo que alteró muchos pueblos del interior de Gran Canaria.
Esto, quizás, ha permitido conservar un patrimonio cultural que va desde las estructuras prehispánicas de las cuevas y graneros de La Audiencia, así como Las Cuevas del Gigante, a los elementos etnográficos como hornos de teja, molino de aceite y el tipismo de sus casas todas con techos a dos aguas y teja, ejemplo de la arquitectura tradicional canaria, premiado en varias ocasiones por el Patronato de Turismo. En esta visita debemos conocer el Chorro Santo, una fuente de agua a la entrada del pueblo, cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII, cuando éste era el naciente principal de Temisas, ya que nutría a todo el pueblo y a buena parte de las tierras de cultivo.
Punto inicial: Temisas (municipio de Aguimes)
Recorrido: 13,120 km.
Duración: 5 horas netas, sin contar las paradas y visitas.
Nivel: Medio.
Punto final: El mismo.
La guagua para ir:
Línea 34 (sábados y domingo) pasa por la Estación de Guaguas de Aguimes sobre las 8,30 horas y sube a Temisas. Lo ideal es llegar a Aguimes en la línea 11 que sale desde el Parque de San Telmo.
La guagua para regresar:
Línea 34 (sábados y domingo) pasa por Temisas sobre las 15:45 y 18:30 horas para volver a la Estación de Guaguas de Aguimes y Cruce de Arinaga, donde se pueden hacer las conexiones precisas con otros lugares.
Desniveles: 726 – 1.120 – 1.180 – 726 m.
GLOBAL se reserva el derecho a modificar esta información.
TRAMO 1º: tramo urbano – Hoya de Cho Santo y subida a la cruz del Lomo Arañul.
Tiempo aproximado 1 hora. Recorrido unos 2,7 km.
La ruta comienza justo frente al Chorro Santo, donde el coche de hora (guagua) nos deja en la carretera general que va desde Temisas a Santa Lucía. En ese punto descendemos por la calle en busca de la iglesia de San Miguel, que queda a la izquierda de nuestra marcha. Por la vía de asfalto seguimos bajando y llegaremos a una bifurcación de calles, nosotros seguimos en dirección al caserío del Sagrado Corazón (GC-552).
Debemos prestar atención al llegar a la altura del número de gobierno 15. Frente al mismo, dos escalones de hormigón y arranca una subida entre las viviendas que poco a poco se va convirtiendo en camino. Al comienzo va paralelo a una valla metálica de color verde que protege el patio de una vivienda. El camino asciende la cuesta fuertemente. Siguiendo los postes de madera del cableado llegaremos al siguiente punto de referencia.
Desembocamos en una pista de tierra. Si la seguimos a la derecha también sale a la carretera de asfalto, aunque nosotros preferimos seguir el camino. Para ello debe, cuando se llega a la pista girar a la izquierda para coger el camino que le aparece a su derecha. Sigue subiendo y cruza la carretera general justo de frente, para subir a una nueva pista y al lugar conocido como Hoya de Cho Santo. Aquí también hay una parada de guagua, donde puede iniciar la ruta, ahorrándose todo el tramo urbano de Temisas y la subida.
La pista de hormigón penetra dejando un grupo de casas a la derecha. De tal manera que asciende en dirección a un depósito de agua circular. Unos metros antes de llegar al mismo, aparece por su derecha la entrada del camino. Un sendero que ha sido limpiado hace unas fechas y que le remonta al cruce de La Cruz en el Lomo de Arañul, justo donde se le presenta varias posibilidades de rutas [nº 1 en el mapa]. A la vez una señal le indica que entra en un Espacio Natural Protegido: “Reserva Natural Especial de Los Marteles”.
TRAMO 2º: Cañadas y barrancos.
Tiempo aproximado 1:30 hora. Recorrido 3,6 km.
Nosotros tomamos a la derecha subiendo. Por el borde del lomo y siempre dando vista al pueblo de Temisas. Llegaremos al cruce donde existe (a su izquierda) una casa de piedra seca muy derruida. Se trata del lugar conocido como Los Quemados [nº 2 en el mapa].
En ese punto preste atención porque se puede confundir de camino. Si sigue subiendo llegará a la zona de Lomo Guaniles, aunque antes encontrará una señal de madera que indica Guayadeque [nº 3 en el mapa]. No obstante, en el cruce de Los Quemados hemos encontrado una variante que nos evita subir unos cuantos metros de cota. Por lo tanto, en el cruce de la casa de piedra abandonada debemos coger un sendero que entra por la derecha y que va descendiendo por Los Graneles para llegar al barranco de Cho Pablo. Sube unos metros y desembocamos en el camino principal hacia Guayadeque. Tomamos a la derecha [nº 4 en el mapa].
Se encuentra ahora caminando sobre unos terrenos muy volcánico, el color de la tierra suelta le desvela que estamos en la zona de Zamora y que debemos elegir el sendero que se encuentra más a su izquierda. Es frecuente aquí seguir recto eligiendo la senda de la cota inferior, le llevará a una casa abandonada y al camino de Zamora que le retorna a Temisas nuevamente. No es nuestra propuesta.
Nuestro camino ahora sube siguiendo la senda de piedra, con unos escalones labrados en la tosca. Accedemos al lugar conocido como Mesa de Santana (1.120 m.a.) y comenzamos a ver el amplio paisaje de la izquierda, donde podrá identificar al Pinillo, en un lomo solitario. Es la primera vez que vemos al protagonista de esta ruta.
A partir de aquí déjese llevar por el camino, está limpio, con tramos bastantes señalados, y manteniendo siempre el rumbo norte. Va sorteando pequeños barrancos y pasa por cuevas abandonadas, algunas rehabilitadas recientemente. Cruzará el barranco del Chorrillo, llegará al lugar conocido como Orilla del Seto, donde verá a su izquierda en un nivel superior una era enorme. Es del siglo XVIII y tiene unos 172 m2 de superficie aproximadamente. Construida con un muro de piedra rodeándola, mas alto en el talud superior, se ubica en un bancal, pegada a la ladera, con piedras encajadas en el suelo. Al lado hay dos cuevas granero.
A continuación vadearemos el barranco de Pilancones por su naciente, y después del barranco del Pino, están las Cuevas de los Setos con sus hermosos almendreros que decoran el camino. Llegará a una cresta de lomo donde tiene al Pinillo a tiro de piedra en su izquierda. Si quiere y puede, suba la vertical en busca del mismo. Se puede subir ese pequeño tramo de enlace, casi campo a través, por una leve senda de cazadores, aunque nos es la propuesta que hacemos en esta ruta.
Sugerimos seguir el camino hasta llegar al doble cruce del lomo del Granillar [nº 5 en el mapa] y hacer el siguiente tramo.
TRAMO 3º: Bucle del Pinillo.
Tiempo aproximado 30 minutos. Recorrido 1,3 km.
Comenzamos pues, un bucle, con forma circular, que sube al Pinillo por el lado de las Cuevas de Juan López cuya leyenda aún pervive en Guayadeque, ya que según nos cuentan Juan López quería irse a la costa pero su mujer se oponía. Sus dos hijos lo tiraron a un pozo donde murió. Fueron juzgados y cumplieron condena. En el centro penitenciario aprendieron cocina y cuando fueron liberados volvieron a esta zona. Finalmente decidieron irse a trabajar al Sur de la isla. Existe un viejo camino delante de las cuevas que desciende al barranco de Guayadeque (ver ruta de JMG, en La Provincia el 18-11-1990).
Después de esta historieta, continuamos con la narración del itinerario propuesto. Para ello, es preciso seguir el camino que traíamos en dirección a Guayadeque y cuando pasamos por delante de la señal de madera (SL02-Guayadeque) nosotros seguimos de frente haciendo una pequeña subida hasta las cuevas de referencia con vista panorámica al barranco de Guayadeque. Existe pintura de color blanco, verde y rojo (como la bandera italiana) delante de las cuevas. Debe proseguir el camino, a la izquierda, que sube en busca del Pinillo. Muy fácil es este tramo hasta la bifurcación, punto donde debe abandonar la senda principal para descender al tronco del majestuoso árbol seco.
Después de visitar el árbol vuelva al camino principal para descender por otro camino. Si sigue subiendo va en dirección a la Sepultura del Gigante, Caldera de Los Marteles e incluso podrá llegar a la cumbre de Gran Canaria [nº 6 en el mapa].
Nuestra propuesta consiste en bajar a la izquierda para volver al cruce del lomo de Granillar.
TRAMO 4º: descenso barranco de Pilancones hasta tubería en Camino Real de Aguimes (Barranco Hondo).
Tiempo aproximado 45 minutos. Recorrido 2,9 km.
Ahora debemos tomar el camino que desciende (a nuestra derecha), hacia una era de piedra con planta elipsoidal. La era es visible y es una referencia en el terreno para poder proseguir nuestra ruta tal cual la hemos preparado para usted.
A la izquierda de la era aparece un pequeño sendero que baja y cruza la cabecera de un barranco. Le lleva directamente a las cuevas de Morales, recientemente pintadas de blanco y que tienen un letrero indicador con su nombre. Pasa por delante de las mismas. Son como tres grupos de casas-cuevas, y al final de la tercera, que tiene un ciprés plantado delante, desciende nuestro camino. Es una bajada bastante resbaladiza y muy pedregosa.
Posteriormente el camino va por el lado izquierdo del barranco (aguas abajo), viendo los diques de piedra que se han colocado para evitar las erosiones del terreno. Estas construcciones se llaman albarradas. En pocos minutos llegará a divisar una senda media oculta por la vegetación [nº 7 en el mapa] que obviamos porque nosotros seguimos bajando. Después de un tramo largo, por primera vez cruzamos el cauce, y es en este punto donde debemos prestar atención porque aparecen dos nuevos caminos con diferentes direcciones [nº 8 en el mapa].
El primer camino, después de cruzar el barranco sigue subiendo por su derecha. Nosotros cogemos a la izquierda para descender nuevamente al cauce, subimos un poco y vuelve a aparecer una bifurcación, cogemos a la derecha. La izquierda sube a la Degollada de Berriel y podría conectar con el Camino Real de Aguimes.
Nuestra idea es seguir por el camino de la derecha descendiendo y en pocos minutos desembocaremos en una pista de tierra. Estamos justamente en la unión de dos barrancos: el que hemos bajado Cañada de Los Morales y el otro de Pilancones. Ambos forman el barranco Hondo al que más adelante se le unen otro pequeño tributario.
Avanzamos por la pista de tierra hasta una entrada [nº 9 en el mapa] que tomamos a la derecha para bajar justamente a la construcción abandonada de un pozo que antiguamente extraía agua del subsuelo. En una de las ventanas existe una señal en recuerdo a un fallecido, seguramente el vigilante o dueño del pozo. Sus seres queridos han colocado flores lo que evidencia el apego que tenían todos, por este precioso lugar. Estamos auténticamente encajonados, es como una cerrada de barranco profundo, donde las montañas de los alrededores: El Montañón (828 m.) y Alto del Pino (982 m.), protegen celosamente el rincón natural.
TRAMO 5º: Cuevas de la Audiencia.
Tiempo aproximado 1:15 h. Recorrido 3,5 km
Delante de la construcción de bloque visto existen dos enormes tubos metálicos oxidados que eran los soportes para meter la maquinaria y descender por la boca del pozo a las entrañas de la tierra.
Preste mucha atención para coger bien el sendero siguiente. Delante de estos soportes oxidados, aparece entre la vegetación una leve senda que baja por la misma tierra, que en su día, se sacó en la perforación del pozo. Ese leve sendero desciende al cauce del barranco y lo cruza. Ahora en el lado derecho –aguas abajo- el camino va paralelo al cauce unos metros pero en un nivel más alto. Frente a usted tiene unas oquedades en la ladera de la montaña.
Poco a poco el camino se va consolidando y llega a una barranquera secundaria donde la cruza y asciende viendo los muros de sostenimiento del camino. Revelan mucha antigüedad y trabajo. Ganamos altura y vamos en busca de la cresta que divide el barranco de Pilancones con el barranquillo de la Hornilla. Unos metros más adelante, se encontrará con dos sendas. Coja la que desciende y cruza el barranco al otro lado, para ganar altura posteriormente y conectar con el buen sendero.
En el cruce tome a su izquierda. Descendemos teniendo el bello palmeral del barranco Hondo a la vista. Por este camino, en ocasiones muy erosionado y poco usado (los matos se lo comen), llegará al canal de agua, de hormigón armado, situado junto al Camino Real que une Temisas con Aguimes.
Tomamos a la derecha para acceder a los llanos del Lomo del Barranco Hondo. El camino ahora está más limpio y se disfruta al caminar prácticamente en llano. Pasará por delante de una casa de piedra muy antigua, y tras vadear pequeñas vaguadas llega a la bifurcación del la Cruz Chica, una degollada que da vista al pueblo de Temisas.
A la vez es un descansadero de muertos, probablemente del siglo XVIII. En este lugar, específicamente hay dos “descansaderos” que era punto de confluencia entre caminantes, direcciones a pueblos del contorno y el aliento de los cortejos fúnebres. Las pequeñas cruces se refieren a fallecimientos “in situ” o promesas. Para visitar el conjunto arqueológico debe subir a la izquierda al Lomo de la Cruz, por un camino evidente ganará altura y posteriormente lo abandona por la derecha para llegar a la cresta rocosa y buscar la puerta de entrada al yacimiento.
Después de la visita debe volver a la bifurcación donde está la cruz y caminar en dirección a la carretera general. En ella camina a la derecha para ver el barranco de El Chorrillo y, a continuación, entra a la izquierda por el barrio de la Inmaculada y la trasera del núcleo principal de Temisas al que deberá subir por los pequeños callejones existentes.
Mapa general de la ruta

Perfil de la ruta

Qué descubrir:
Los olivos de Temisas
Este valle posee 1.452 olivos como revela el estudio realizado por Don Víctor M. García Bethencourt, encargado por los Ayuntamientos de Agüimes, Santa Lucía y San Bartolomé de Tirajana. Es una especie de olivo autóctona incluida ya dentro de las 310 variedades del Banco Mundial de Germoplasma del Olivo. Su cultivo data del siglo XVII y junto a la apicultura, cuya presencia es todavía más antigua, trajeron dosis de progreso a los temiseros.
El Pinillo
Poco se ha escrito de este majestuoso ejemplar de pino canario. En su día seña y referencia paisajística de muchos temiseros y agüimenses. Antonio Estupiñán Sánchez, colaborador de prensa escrita, es el que ha dado unos datos objetivos y actuales: 25 metros de altura, con un tronco de 6 metros de circunferencia y un diámetro de 3 metros. Así mismo, nos cuenta que Bartolomé Rodríguez (dueño del restaurante Tagoror de Guayadeque) lo vio con vida (hace más de 60 años) y cuando aún tenía ramas verdes y mucha más altura. Antonio Estupiñán se aventura a decirnos que es probable que sea el pino más viejo de Canarias con más de 700 años.
Cuevas de la Audiencia y Cuevas del Risco Pintado
Son dos yacimientos arqueológicos en una misma ubicación geográfica. Exactamente, las Cuevas de La Audiencia es un granero y el Risco Pintado es un conjunto formado por cuevas viviendas, cuevas funerarias y graneros, todo el conjunto está colgado en la pared vertical que mira hacia Temisas, y al que debe acceder, por una senda poco definida. Debe encontrar una pequeña oquedad labrada en la tosca volcánica que a modo de puerta le permite entrar en el conjunto arqueológico.
Escribió don Sebastián Jiménez: El cuerpo central de las Cuevas del Pósito o Agadir de Temisas lo constituye una amplia caverna de unos seis metros de ancho (desde el ventanal que da desde el abismo a la puerta del túnel) por doce metros de largo. Dentro de su rusticidad presenta al visitante cierto encanto, pues en su centro tiene una columnata que forma un todo con el techo y piso. De la columna salen toscas arcadas que nos recuerdan algo de templo. Esta cueva sólo tiene un silo. De ella se pasa a otra nave o cueva amplia, hacia la derecha, con siete hermosos silos, la mayoría de un metro de profundidad, y otros de un metro de profundidad por dos y tres de largo. La boca de estos silos es generalmente circular y tiene un metro de diámetro. La mitad de estos silos están situados en las paredes laterales y los otros en el propio suelo. Algunos de esos silos se comunican entre sí. Hacia la izquierda de la cueva central, y contigua a ésta se encuentra otra cavidad de regulares dimensiones, con 19 silos y una excavación en la roca en forma de sarcófago antropoide.
Los caminos de Temisas
Temisas, desde los tiempos del repoblamiento de la isla a raíz de la conquista, estuvo bien comunicada, pues el camino Real entre El Carrizal y Tejeda pasaba por el mismo pueblo. Los arrieros se refrescaban en sus fuentes y las bestias saciaban la sed en el abrevadero, después de sortear los tremendos barrancos de los que subían desde Aguimes o bajaban de Tirajana. Así describió Viera y Clavijo esta ruta: “El camino desde Aguimes hasta la ermita de San Miguel, pago de Temisas, es muy agrio, por la gran profundidad de tres barrancos; pero es todavía peor el que sigue, especialmente la bajada del valle de Santa Lucía, larga, pendiente y con rodeos».
El Obispo Tavira, en 1793, escribió en el Acta de Visita a Aguimes, que “los vecinos de Temisas están bastante distantes de la villa y hay camino tan quebrado para venir a ésta que está intransitable muchas veces”.
Viera sitúa Temisas como el “puerto de montaña” entre Aguimes y Santa Lucía y, por tanto, punto de parada y descanso. Esta circunstancia facilitaba que los vecinos pudiesen adquirir a los arrieros diversos productos alimentarios y textiles a menor costo ya que no había fielato. En el siglo XIX, el gobierno invirtió 150.000 reales de vellón en el camino Aguimes-Temisas hasta el barranco Arañul o el Barranquillo, en La Raya. En el informe se dice que tenía cinco leguas de longitud y 15 pies de latitud. El camino Real tuvo posteriormente dos ramales locales, uno nominado del Chorro porque subía a la fuente, pasando por la plaza de la ermita, y el otro llamado camino de Los Barros porque comunicaba con los hornos. Este tomó a partir de los años veinte de la pasada centuria el nombre de camino del Cementerio.
Además, Temisas tenía comunicación a la costa de Santa Lucía a través del camino del Duende o de la Montaña, pasando por Padilla. Esta vía era muy frecuentada por los vecinos de Temisas que bajaban a Pozo Izquierdo y otros lugares costeros a abastecerse de sal.
Inexplicadamente, cuando llegó el vehículo de motor a principios del siglo XX, Temisas quedó durante muchos años incomunicada.