
La Gomera, para Ruta Siete es la isla de los finales que son comienzos, de las penúltimas veces y donde los yo, se convierten en nosotros.
Somos conscientes del resurgir, en las oportunidades que se nos presentan por el camino, cuando escuchas cómo el pueblo gomero se repuso cual Phoenix de sus cenizas, al trágico incendio de 2012. Volvemos a la infancia entre juegos con los niños de Alajeró y escuchamos la voz de la experiencia tomando conciencia de la fugacidad de la vida con los mayores del municipio. Viajamos en el tiempo, con la música de un silbido al viento, que nos acerca a la cultura local gomera.
El Cedro, es un bosque nos abre las puertas a todo lo que está por venir, y en nuestro último trayecto en nuestra Global por la orografía de Tenerife nos damos cuenta que la mejor de las aventuras aún está por comenzar.

