Transporte público para una movilidad más saludable

La movilidad es una característica fundamental de las ciudades y regiones y un determinante social importante de la salud y el bienestar. En ese sentido, las necesidades de movilidad pueden incidir en un impacto negativo o positivo en la salud de las personas. No podemos obviar que el transporte influye mucho en el estado de la salud mental y del bienestar de las personas. Poder conectarnos y movernos favorece las relaciones sociales. La posibilidad de desplazarse ha sido siempre muy importante para llevar una vida saludable y satisfactoria.

A medida que se acumulan las pruebas de los beneficios para la salud y el medio ambiente que vienen de la mano de los servicios de transporte público, es vital promover las ventajas de disminuir la dependencia del automóvil e incorporar medios alternativos de transporte en la vida cotidiana. Trasladarse a pie y en bicicleta —ya sea combinando estos medios de transporte con algún medio de transporte público o no— fomenta un modo de vida con mayor actividad física, ayuda a prevenir el sobrepeso y la obesidad y reduce el riesgo de padecer afecciones crónicas asociadas (por ejemplo, diabetes de tipo 2, enfermedades cardiovasculares, hipertensión y accidentes cerebrovasculares), y aporta un sentido general de mayor bienestar físico y mental.

Los sistemas de transporte público bien diseñados y coordinados pueden traer aparejada una disminución significativa de los traumatismos y las muertes por accidentes de tránsito. Al disminuir la densidad del tráfico, bajan los niveles de ruido ambiental, mejora la calidad del aire, disminuye la incidencia de enfermedades respiratorias ocasionadas por la contaminación y se reduce el nivel de estrés, la incomodidad y la angustia de las y los pasajeros gracias a que se acortan los tiempos de viaje y se hacen más predecibles.

El transporte público asequible que ofrece gran conectividad facilita el acceso universal a todos los niveles de la sociedad y reduce el aislamiento social y las desigualdades. Asimismo, mejora el acceso a los servicios de atención de salud y reduce los costos médicos porque ofrece una opción viable a la dependencia de los servicios de ambulancia no urgentes, factor este especialmente importante para las poblaciones desfavorecidas y vulnerables. Por lo tanto, facilitar la cobertura de los servicios de transporte a todos los sectores de la población —a la vez que se garantiza su seguridad, asequibilidad, eficacia y fiabilidad— puede reportar inmensos ahorros no solo a las personas y familias, sino también a los propios sistemas sanitarios.

La contaminación atmosférica y acústica provocada por el transporte origina numerosos problemas de salud. La reducción del tráfico contribuye directamente al bienestar de la población al reducirse la contaminación medioambiental. Afortunadamente, cada vez son más los países y ciudades que apuestan por esta movilidad sostenible fomentando, por ejemplo, el uso de medios de transporte más eficientes y menos contaminantes, como la bicicleta o el transporte público, fomentando las zonas peatonales y las zonas verdes.

El uso del transporte público emite 3,5 veces menos gases de efecto invernadero por pasajero que los automóviles, siendo mucho más respetuoso con el medio ambiente. Además, existe una relación entre el transporte y la actividad física. El transporte público hace que las personas no tengan que depender de sus automóviles y hace que se desplacen a pie o en bicicleta en parte o todo el trayecto. Prescindir del coche hace que aumente la actividad física y por ende que la salud mejore.

Un aire más limpio incide directamente en la salud de los ciudadanos, reduciendo las posibilidades de padecer enfermedades respiratorias o cardiovasculares y evitando la gran cantidad de muertes prematuras que se dan por estos motivos. El aumento de actividad física hace que la salud mejore y se esté más en forma, reduciendo el uso de los servicios sanitarios por motivos de obesidad y consecuencias derivadas de un estilo de vida sedentario.

El transporte público es con diferencia el medio de transporte más seguro. Según datos de la DGT, la siniestralidad relacionada con la guagua frente a la del vehículo privado o incluso la de los peatones, es infinitamente menor. Además, ayuda a reducir el tráfico y a mejorar la seguridad vial en su conjunto, incluso la de otros medios.

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