
El concepto de eficiencia energética hace referencia a la capacidad para obtener los mejores resultados en cualquier actividad empleando la menor cantidad posible de recursos energéticos. Nos permite reducir el consumo de cualquier tipo de energía y con ello los posibles impactos ambientales asociados a ella. Esto es aplicable desde la generación de dicha energía, pasando por su almacenamiento y transporte, hasta su consumo final.

En el área de transporte de personas “eficiencia energética” significa cumplir con el mismo servicio de transporte de viajeros y viajeras consumiendo menos combustible. Se define la eficiencia energética como un conjunto de acciones que permiten reducir el consumo de energía manteniendo la calidad del servicio. En definitiva, ser eficiente energéticamente en el transporte significa esencialmente consumir menos combustible por kilómetro rodado y persona transportada, reduciendo a la vez el impacto medioambiental. La eficiencia energética persigue mantener el mismo rendimiento de la actividad, pero incorporando una serie de modelos de gestión sostenibles, hábitos responsables e inversiones en innovación tecnológica.
La eficiencia energética es imprescindible para conseguir reducir el consumo de energía sin que ello conlleve perder prestaciones y confort. Además, gracias a ella conseguimos ser más sostenibles porque reducimos las emisiones de CO2 y resto de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
La mejora de la eficiencia energética en el transporte se fundamenta en tres grandes bloques de medidas:
- Medidas de fomento del cambio modal: principalmente desde el transporte motorizado individual hacia modos más sostenibles: caminar, bicicleta y transporte colectivo. En este apartado se enmarcan como actuaciones principales la promoción de los planes de movilidad urbana sostenible (en el ámbito urbano y metropolitano), los planes de transporte al trabajo (en el ámbito laboral), la promoción de sistemas de bicicleta pública y los proyectos piloto de implantación de lanzaderas y servicios específicos de transporte colectivo.
- Medidas de fomento de la renovación de flotas de transporte: promoción de la sustitución de tecnologías convencionales de automoción por vehículos, con tecnologías y/o combustibles alternativos, más eficientes: vehículos híbridos, eléctricos, de gas natural y de gases licuados del petróleo.
- Medidas de fomento del uso racional de los medios de transporte: aplicación de técnicas de conducción eficiente a los distintos medios de transporte y gestión eficiente de las flotas de transporte.
La eficiencia energética es un tema de primera importancia a nivel mundial. Con la creciente concienciación de la necesidad de reducir los niveles de contaminación ambiental surge el interés de generar medidas que colaboren con el objetivo de alcanzar una forma de transporte más limpio.
En el sector transporte, involucrarse en un proyecto de eficiencia energética trata sobre avanzar hacia el desarrollo tecnológico y la excelencia operacional en el transporte lo que se traduce en la reducción de costos, la mejora en la rentabilidad y la disminución de los impactos ambientales.
El uso racional y eficiente de la energía ha evolucionado hacia la eficiencia energética como factor fundamental en las estrategias de política energética de un país. En dicho contexto, un transporte ineficiente es un obstáculo para el desarrollo sostenible. En la actualidad existe una variada gama de tecnologías y estrategias disponibles, que pueden proporcionar mejoras graduales en la eficiencia energética y en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Dada la importancia que tiene para el sector reducir los consumos de combustible, los fabricantes de vehículos hacen grandes esfuerzos por desarrollar vehículos más eficientes, por ejemplo, el desarrollo de motores fomenta que se aprovechen más eficientemente el uso de los tradicionales combustibles fósiles, al recuperar energía de gases de escape. Así también el desarrollo tecnológico de vehículos eléctricos e híbridos, se trata de utilizar energías alternativas, como hidrógeno o electricidad extraída de energías renovables para accionamientos con baterías, pilas de combustión o híbridos. De otro lado, también se está apostando, además, por modos de construcción innovadores incluyendo construcción ligera, aerodinámica y aumento de capacidades, así como por componentes eficientes en materia de energía para vehículos.
EL CONSUMO ENERGÉTICO
El transporte es el sector que más energía consume en España, alcanzando un 40% del total nacional, representando sólo el coche, aproximadamente el 15% de toda la energía final consumida en España.
En viajes interurbanos, el coche consume por viajero/km, 4 veces más que la guagua. Estas diferencias aumentan en el medio urbano, donde el transporte público es aún más eficiente que el vehículo turismo, además de ser en la mayoría de los casos más rápido y barato.
La energía empleada para transportar una persona a una distancia determinada es la base que determina la mayor o menor eficiencia de cada sistema o modo de transporte y el grado de repercusión de muchos de los impactos producidos al medio ambiente.
Cuanto mayor sea el número de viajeros desplazados de forma simultánea en el mismo vehículo, menor será la cantidad de energía consumida por viajero, y mayor por tanto, será su rentabilidad energética y económica.
El consumo energético por viajero se obtiene dividiendo el consumo total de energía por el número de viajeros transportados y kilómetros recorridos.
Cuanto mayor es la energía total requerida menor será su eficiencia y mayor su coste económico.
Los medios de transporte más costosos económicamente son a su vez los que consumen más energía por viajero en su ciclo global, es decir, no sólo en el consumo de energía de tracción -para desplazarnos-, sino también considerando la energía necesaria para la construcción del vehículo, de la infraestructura por donde circula y de su mantenimiento.
Por tanto, para comparar los consumos de los distintos medios de transporte se han considerado los gastos de energía asociados a todas las fases del ciclo del transporte:
- construcción de los vehículos,
- construcción y mantenimiento de las infraestructuras,
- circulación de los vehículos,
- así como su mantenimiento, eliminación y reciclaje.
Según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), el medio de transporte que más energía consume, teniendo en cuenta el número de viajeros transportados y los kilómetros recorridos, en la construcción de los vehículos, y con diferencia, es el automóvil privado; siendo 12 veces más que la energía requerida para fabricar una guagua.

El medio de transporte que más energía consume, teniendo en cuenta el número de viajeros transportados y los kilómetros recorridos, en la construcción y mantenimiento de la infraestructura, es el ferrocarril. El coche consume 4 veces más energía que una guagua.

El medio de transporte que más energía de tracción consume, teniendo en cuenta el número de viajeros transportados y los kilómetros recorridos, para poder circular, es el coche, consumiendo 4 veces más energía que una guagua.

El medio de transporte que más energía de tracción consume, teniendo en cuenta el número de viajeros transportados y los kilómetros recorridos, en el mantenimiento del sistema, es el metro. El coche consume 4 veces más energía que una guagua.

A la vista del gráfico 5, sumatorio de los diferentes consumos en cada una de las 4 fases la conclusión está servida: el coche es el transporte menos eficiente, con un consumo energético casi 4 veces más que la guagua, y casi el doble del metro y el cercanías.
La guagua se sitúa como el medio de transporte que menos energía requiere para todas las fases.
Esta ineficiencia energética del coche, alcanza extremos insospechados en el caso de los turismos de gran cilindrada, los cuales presentan un consumo global superior a los 10 kep por cada 100 viajeros-km.

Suponiendo tasas de ocupación máximas, el coche es el medio de transporte que más energía total necesita. El coche derrocha mucha energía. Con su actual índice de ocupación -1,3 pasajeros por vehículo-, el coche es el modo de transporte menos eficiente y más contaminante.